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CHINCHULINA Y EL RUISEÑOR DE LA CHINA
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El emperador de la China vivía en un hermoso palacio hecho todo de la porcelana más fina y frágil del mundo, con bellos jardines llenos de las flores más exquisitas y perfumadas que existen. El emperador también tenía una hija muy alegre y llena de vida llamada Chinchulina.
Chinchulina era un poco tímida, pero en cuanto escuchaba música se ponía a bailar por todo el palacio y su alegría era tan contagiosa que hasta su padre se ponía también a bailar. Pero un día, la tristeza se apoderó del corazón de Chinchulina y solo el canto de un pájaro llamado Ruiseñor Azul podría devolverle la alegría.
El emperador de la China, que nunca había salido de su hermoso palacio, decidió romper con la tradición y salir en busca de ese extraño pájaro. En su búsqueda irá descubriendo los afanes, los desvelos y los sueños de los humildes pobladores de su vasto imperio.
Un espectáculo para toda la familia ideado por Pablo Vergne.
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